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Temor A Lo Desconocido

La semana pasada, desde el jueves 7 hasta el sábado 9 de agosto de 2014 acudimos muy disciplinadamente, todos los chicos de la Primera Agrupación Teatral de Personas Ciegas de Venezuela, Cooperativa Eduardo Calcaño Calcaño, al CELARG con el objetivo final de tener tres funciones en horario de las ocho de la noche, algo así como tarde, para una ciudad como Caracas.

No les digo las vueltas que hicimos para organizarnos. Sin embargo, Doris Fonseca, hospedó en su hogar a cuatro de los muchachos pues nuestros destinos son lejanos: Catia La Mar, San Antonio de Los Altos, Antímano, El Valle, Boquerón…

El domingo 10 de agosto, la cosa cambió de panorama. La función era a las siete de la noche. No llegaron los invitados, pero sí las personas que realmente querían vernos y vivir la experiencia. Creo que fue un éxito, en medio de toda la frustración asumida con alegría, motivación y como una manera de “invertir” en promoción.

En Venezuela y, muy especialmente en Caracas, las cosas se ponen difíciles cuando de espectáculos se trata. Sin embargo, vimos cómo se llenaba el bar de al lado. Allí se paga la entrada de cincuenta bolívares más lo que consumas. ¿Económico? No, no es económico. ¿Temprano? No, no es temprano. Eso sí, el ambiente es de música en vivo, licor, conversación, humo… aunque sea en la acera…

¿Que puede pasar algo? Sí, tristemente. Estamos expuestos a lo largo de las veinticuatro horas del día a situaciones que hacen sentirnos inseguros. Claro, en la noche, todos los gatos son pardos y se complica más la cosa.

Estoy muy orgullosa de Adalberto Altuve, Antonio Blanco, Carlos Alberto Palacios, Doris Fonseca, Juan Luis Ochoa, María Hortencia Vanegas y Yenny Carrero. Su trabajo, su disciplina, su capacidad de asumir retos es fantástica. Allí hemos demostrado que amamos el teatro y que somos un gran equipo. Nuestro objetivo común: Que el público disfrute de la escena, como nosotros lo hacemos.

¿Temor a lo desconocido? Sí. ¿Saben por qué? La gente, y esto lo sé por experiencia, no siempre desea aproximarse a una persona con discapacidad. Sienten lástima por el ciego, fundamentalmente. Además, en teatro ¿qué podrán hacer? Les preocupa verlos dando tumbos, perderse y hasta contagiarse… Los bastones blancos se usan en el teatro sólo para Cita a Ciegas. De resto, ensayo, ensayo, ensayo y más ensayo. Disciplina y compromiso.

Les aseguro que si no se regalan un tiempo de disfrute, de conocer cosas nuevas, de aproximarse al mundo de las personas con discapacidad, habrá siempre un vacío interno en sus corazones y en sus mentes.

Cada persona, con o sin discapacidad, es un mundo maravilloso de realidades, de oportunidades de aprendizaje. Si queremos crecer, ser más seres humanos, démonos el permiso para abrirnos a lo nuevo, a lo desconocido, a lo que no nos es común.

Amigos de esta página… Les esperamos nuevamente. Esta vez, con el ánimo a millón, pues la experiencia de una sala vacía durante tres días para una función a un cuarto de sala nos llenó de esperanzas y de confianza en nosotros mismos.

Dios los bendiga y les dejo un ¡hasta luego!


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