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Crónicas de colores invisibles

Lucero Márquez. Tal vez no lo sabes, pero el 17 de noviembre conmemoramos el día internacional del prematuro, y cuando digo conmemorar es porque por la circunstancia que sea, muchos nacemos temprano, con todo y lo que eso represente. Por lo regular, un bebé prematuro, si está bien atendido, cuando no nace antes de los siete meses, puede desarrollarse sin problemas. Apenas este año mi jefa trajo al mundo a tres preciosos bebés, todos afortunadamente sin ninguna discapacidad; aunque si quiero destacar que fue necesario tomar muchísimas precauciones, incluso su vida estuvo en serio peligro, y podría decir que ella y sus hijos están vivos de milagro.

Pero hay quienes no corremos con la misma suerte, ¡La probabilidad de adquirir alguna discapacidad cuando se nace prematuro es altísima! Conozco personas con alguna deficiencia intelectual, Y un alto porcentaje de los prematuros somos ciegos por retinopatía, la que ahora puede prevenirse. Antes, cuando yo nací, a los cinco meses y medio, no se podía prevenir y era difícil siquiera pensar mantener vivo a un bebé en esas condiciones. No quiero hablarles de estadísticas, tampoco de los niveles de mortandad; pero si decirles que antes de que yo naciera, tuve un hermano, Francisco, quien también fue prematuro, pero él no está, Al menos en este plano. Ya sabrán que el nivel de mortalidad también es alto para estos niños.

Pasando a lo que realmente quiero decirles, lejos de pertenecer a un número estadístico bajo de personas vivas que nacen antes de los seis meses de gestación, al gran porcentaje de personas prematuras ciegas, y formar parte de uno de los llamados ‘sectores vulnerables’, Al vivir con una discapacidad, que de por sí, ya es para muchos, porque así lo ven, complicado. Y miren que si lo es, en principio para los padres, no quiero imaginar a mi papá Francisco Márquez de La Paz, a sus 20 y y pocos años, buscando integrar a su niña en una escuela donde pudiera estudiar. Y así a muchos otros, que con mayor o menor trabajo asumen la noticia, de que en lugar de ir a Italia, les toca viajar a Holanda —hago referencia a una reflexión donde dice que tener un hijo con discapacidad es como viajar a un país donde nunca se pretendió ir, viviendo una situación poco deseable.

Una de las interrogantes que siempre me han hecho muchísimas personas, desde que tengo uso de razón, es: ¿Hay algo bueno de todo esto? ¿Qué es lo que has aprendido de ser ciega y que puedes decirle a la gente? Si bien nacer temprano y tener una discapacidad no es algo por lo que tenga que hacer una fiesta,porque podría resultar ofensivo para mucha gente —aunque yo, la verdad es que si lo haría ¡Hay mucho que agradecer! Mi perspectiva de ser prematura es haber comenzado a hacerlo todo ¡Más temprano! Para empezar, mi cumpleaños es en mayo, el 17. Debí nacer ¡En agosto O principios de septiembre! Creo que de todas las discapacidades que existen, y ustedes disculparán mi forma de expresión, pero pienso que la que tengo ¡Es la mejor! No imagino la vida sin poder escuchar o sin poder hablar. Peor aún, ¿Qué habría pasado si yo hubiera muerto en el intento?

Dice mi papá que en varias ocasiones estuve a punto de morir. La peor de todas fue una vez que me dio una infección en el estómago. Cuando mis padres llegaron a visitarme no me encontraron en el lugar habitual, estaba en terapia intensiva ¡Que susto para ellos! Siento que fue ahí donde comenzó a generarse este arcoíris de colores invisibles. En esos días, en que para mis papás llovía, con sol, pero ellos no podían verlo; no sabían ni comprendían el por qué tenían que vivir algo así.

Cuando me siento cansada, tengo alguna preocupación, o no encuentro para dónde es que tengo que ir en la vida, pienso en todos aquellos bebés que están encerrados en una incubadora, que sin motivo aparente luchan por su vida. Quiero resaltar ‘motivo aparente’ porque ¡Siempre hay un motivo para todo! Aunque en el momento nosotros no podamos entender, Dios siempre sabe por qué. Piensen en aquel color del que surgen todas las combinaciones posibles, todos los colores; creo que es el negro, O ¿Es el blanco? Disculpen, pero para mí ¡Esas cosas son muy complicadas de comprender! Aunque me lo han explicado 1000 veces yo no entiendo… Piensen que no todo es blanco, tampoco todo es negro. Nuestras vidas tienen matices de colores que, si bien en ese momento no podemos distinguir por la situación en que nos encontramos, llegará El día en que deje de caer la lluvia y entonces sí, encontrarás ese arcoíris de colores invisibles del que pocas veces podemos disfrutar, pero vale la pena contemplar y guardarlo muy bien dentro, pues no aparece seguido, y es la inspiración que llega cada tiempo, y se convierte en la razón de nuestra existencia.

—Ciudad de México, 17 de noviembre de 2014.


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Publicado el Categorías Crónicas, Relatos

Acerca de Lucero Márquez

Lucero es conferencista profesional y promotora de los derechos de los usuarios de perros de asistencia. Es la protagonista del libro Cierra los ojos que vamos a ver, de Menena Cottin. Está desarrollando a través del marketing netWork un proyecto donde verdaderamente se incluye a personas con discapacidad en el mundo productivo.

1 comentario en “Crónicas de colores invisibles

  1. Menena Cottin

    Gracias a Dios que luchaste y te salvaste, Lucero, porque si no, no te hubiera conocido, no hubiera aprendido tanto de ti.

Los comentarios están cerrados.

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