Como si el haber perdido en forma parcial o total el sentido de la visión, como si el ser discriminados en el derecho al trabajo y a la vivienda, entre otros, no fueran suficientes, hoy las personas con discapacidad visual se enfrentan a una nueva situación que no es otra que la de recibir constantes maltratos verbales y físicos por funcionarios policiales, de la Milicia Bolivariana y de la Guardia Nacional, a la hora de acercarse a los comercios en busca de los alimentos o de algún producto de aseo personal.
Con gran preocupación observamos como esta actitud se viene repitiendo en todo el país. Esta misma práctica es copiada por algunos gerentes de cadenas como Farma Todo, Unicasa, y otras, donde en muchos casos se les niega el acceso a la venta alegando que ya han comprado todas las personas con discapacidad que iban a ser atendidas ese día, vulnerando el derecho de la persona a acceder a los productos, manifestándole simplemente, que “la próxima semana llegue más temprano”. Otra práctica por demás ilegal que realizan tanto funcionarios policiales como militares es la de quitarle la cédula a los ciudadanos para posteriormente llamarlos a comprar, lo que por lo general efectúan en horas muy tempranas de la madrugada, limitando el derecho de las personas con discapacidad, pues para poder comprar, prácticamente hay que amanecer en el lugar donde funciona el establecimiento comercial.
Estas situaciones irregulares producen permanentemente enfrentamientos físicos y verbales entre funcionarios civiles y militares y personas con discapacidad visual, hasta el punto, que en el Estado Yaracuy, ya se tiene un caso en Fiscalía, por un choque físico entre una persona con discapacidad visual y un funcionario de la Guardia Nacional. Para estos funcionarios no existe la Constitución Nacional, menos aún la Ley para las Personas con Discapacidad ni la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
La Ley que se cumple es la que ellos imponen, cuando consideran que solo son personas con discapacidad los compañeros en silla de rueda o los que por alguna causa usan muletas. Las personas ciegas o con baja visión son enviadas en forma violenta a las colas normales o se les manifiesta que en breve serán pasadas, permaneciendo por horas esperando que el funcionario decida si lo pasa o no. En el caso de ser positiva la decisión, la misma la toma cuando ya todas las personas han pasado, no quedando prácticamente alimento que comprar, debiendo conformarse con llevar, si algo queda, un paquete de jabón u otro de higiene personal, pero alimento: cero.
Todo esto ocurre sin tomar en cuenta para nada el certificado que, después de pasar por diversos filtros médicos, les otorga el Consejo Nacional para las Personas con Discapacidad (CONAPDIS), organismo al cual se le ha planteado esta problemática pero que permanece de oídos sordos.
Entre los alegatos que estos funcionarios esgrimen para justificar su actitud están la de acusar que hay personas con discapacidad visual que se dedican al bachaqueo, frente a lo cual las organizaciones han mantenido, y manifestado a estos funcionarios, una firme posición en el sentido de que si hay alguna de estas personas con discapacidad que se dedica a esta práctica condenable desde todo punto de vista, pues que se le aplique la ley, ya que su condición para nada lo protege a la hora de cometer delitos. Otra justificación que esgrimen estos funcionarios es la de que hay certificados de personas con discapacidad falsos, lo que fácilmente se puede verificar, ingresando a la página del CONAPDIS e introduciendo el respectivo código del carnet, accediendo a toda la información sobre la condición de la persona.
Con esto dejamos claro que no existe justificación alguna para que estas personas con discapacidad reciban tales maltratos, ya que como grupo vulnerable sufren con mayor rigor las colas, la especulación y el bachaqueo. Todo esto, además de actos discriminatorios como el de no darles un trabajo por su condición, en abierta y clara violación a la Constitución Nacional, a la convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y la Ley que trata la materia, agravan indudablemente su situación social y económica. Se añade la falta de respuesta por parte de los organismos públicos ante los planteamientos y denuncias que formulan las organizaciones por los constantes atropellos a sus derechos que sufren estas personas.
Ante estas agresiones permanentes por parte de funcionarios civiles y militares, así como de gerentes de grandes cadenas comerciales como Farma Todo, las organizaciones de personas con discapacidad visual a nivel nacional emprenderán una serie de acciones de calle para hacerse sentir y no descartan el denunciar tales agresiones ante organismos internacionales como la Unión Latinoamericana de Ciegos (ULAC), la Unión Mundial de Ciegos (UMC) e incluso ante la Organización de las Naciones Unidas, como órgano vigilante y evaluador de los estados signatarios en materia del cumplimiento de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
Presidente Nicolás Maduro, Vicepresidente Aristóbulo Isturis, ustedes tienen la palabra.
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José Baudilio, mis saludos y gracias por esa opinión.
En realidad, a diario me toca escuchar a mis amigos con discapacidad visual quejarse de estos maltratos que son infinitos. Las personas ciegas tienen un problema adicional al de aquellos que sufren otro tipo de discapacidades: los engañan diciéndoles que no hay, que tienen todo en las bolsas, que todavía no han abierto y esto no escapa a la comprensión de que les están mintiendo.
He visto a mis amigos ciegos, hombre y mujeres, llorar por falta de alimentos; los he visto pasar hambre, literalmente. He visto cómo compartimos el dolor y lo poco que tenemos.
Pobre mi rica Venezuela.
No podemos seguir callando ni aceptando maltratos de ningún tipo. Cuando nos sometemos a largas colas bajo el sol o la lluvia estamos aceptando que es la única manera de comprar. No hacerlas, tal vez sea una opción. Opción dura y difícil.
Yo me pregunto: ¿cuántos panes venden en un par de horas cuando antes lo había todo el día y no se veía tanta gente? Y así, para todos los productos.
Dios tenga misericordia de esta noble Nación, donde el "bravo pueblo" que dice su himno, parece estar dormido, acostumbrado al maltrato o callado para poder seguir medio comiendo.
Los quiero y los respeto.
Todos debemos unirnos en esta lucha por el trato digno a las personas con discapacidad en general y visual en particular.
Me gusto mucho el xq he visto muchos maltrato en las colas